Experiencias inolvidables juntos.

Vivo en Tucson, Arizona, y siempre había escuchado buenos comentarios sobre Puerto Peñasco, pero no había tenido la oportunidad de visitarlo. Este Spring Break decidí ir con mi novia y un grupo de amigos, y la experiencia fue mucho mejor de lo que imaginaba. Desde que llegamos, el ambiente fue increíble: playas limpias, gente relajada y muchos jóvenes disfrutando del clima y la buena vibra del lugar.

Uno de los momentos que más disfruté fue cuando tomé mi primera clase de surf. Nunca había intentado algo así, pero las olas eran perfectas para principiantes y el instructor superbuena onda. Después de unos intentos logré pararme en la tabla y sentir la adrenalina del mar. Fue una sensación brutal, de esas que no se olvidan.

La comida también fue parte clave del viaje. Todos los días comimos mariscos frescos: ceviches, tacos de camarón, aguachiles y ostiones al grill. Todo tenía un sabor auténtico y local, nada de lo típico de un restaurante de ciudad. Además, uno de los días visitamos un campo de parras de una vinícola local. Fue una experiencia más tranquila, pero increíble: recorrimos los viñedos, probamos vino y aprendimos un poco sobre la producción en la región.

Entre las risas, la playa, la comida y los buenos momentos con mi gente, puedo decir que Puerto Peñasco me sorprendió y me dejó con ganas de volver pronto.

Primera vez en Peñasco...